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23/12/2025

John Revolledo, el joven que migró de Lima a Barcelona y mantuvo su sueño con una beca: "Siempre quise ser ingeniero"

John Revolledo, el joven que migró de Lima a Barcelona y mantuvo su sueño con una beca: "Siempre quise ser ingeniero"

John Revolledo y David Fallah, becados del programa MigrantUP de la fundación BarcelonActua, reivindican que pueden aportar al país mucho más de lo que el sistema les permite

 

 

Nada puede detener el empeño de John Revolledo por convertirse en ingeniero. Todo en su vida desde que su padre le regalaba coches de juguete cuando era pequeño –y él tenía que ingeniárselas para construir una pista por donde hacerlos correr– ha tenido ese objetivo en el centro.

Así, este joven de 22 años, oriundo de la capital de Perú, no se detuvo cuando su padre murió de cáncer, cuando su madre tuvo que emigrar hasta Barcelona para intentar dar un mejor futuro a sus hijos, ni tampoco cuando se quedó varias veces fuera de la universidad.

“Como yo estudiaba en un colegio público, me fue difícil entrar”, explica Revolledo, quien añade que en la educación pública peruana –en la que estudió hasta el final de lo que sería el bachillerato en el sistema español– no entran asignaturas básicas para la carrera de ingeniería civil, como la física. 

Lejos de quedarse quieto, Revolledo siguió estudiando por su cuenta, con cuadernillos y vídeos de YouTube. “Recuerdo cuando trabajaba y bajábamos al comedor, todos charlaban y yo me ponía a leer el libro de física que me había regalado mi hermano”, recuerda el joven.

 

Dura adaptación

Sí que tuvo que echarle ganas cuando acabó siguiendo los pasos de su madre y se instaló en Barcelona. “Pensaba que adaptarme sería más fácil, y cuando vi lo que costaba me caí”, explica. Pero, poco a poco, Revolledo fue encontrando su lugar en la capital catalana. Empezó a tomar clases de catalán y castellano y se apuntó a un curso de carretillero, donde su formadora, viendo las ganas que tenía de estudiar, le recomendó presentarse al programa MigrantUp de la fundación BarcelonActua.

Por su condición de inmigrante, Revolledo pensó que no iba a ser seleccionado por el programa. "Me cerré y me puse muy negativo... Pero mi madre dijo que lo intentara, que no perdía nada", recuerda el joven, que ahora estudia el segundo año de un Grado Superior de Organización y Control de Obra Civil. Su objetivo, el de toda su vida: "Mi meta a largo plazo siempre es ser ingeniero".

El programa MigrantUp facilita el acceso a trabajos y estudios de alto valor añadido a las personas migradas con la suficiente motivación y que lleguen con una buena base de formación. En total, la iniciativa ya ha ayudado a 41 personas como John, aunque muchos de los becados acceden a MigrantUp desde otros programas de la fundación.

De la universidad a la calle

Es el caso de David Fallah, un joven de Liberia que, tras un periplo por Suiza, acabó durmiendo en las calles de Barcelona. De nada sirvió que este joven, ahora de 27 años, estuviera titulado en Química en el país donde nació. Pasó mes y medio a la intemperie hasta que un día topó con una de las casas de acogida de la fundación, las BACStation. "Me invitaron a hacer clases de español y catalán y cogí la oportunidad con las dos manos", asegura Fallah, que hacía mes y medio que no había podido hablar con nadie. Esas clases forman parte del programa 'Landing' de BarcelonActua, que da la oportunidad a jóvenes sin hogar a pasar unas horas al día en un programa de formación básica.

Tras unos meses, Fallah accedió también a una plaza de alojamiento fijo en una de las tres BacStation que la fundación tiene en Barcelona. Los 46 jóvenes que forman parte del programa reciben también una formación continua y acompañamiento administrativo y legal. En poco tiempo, Fallah pudo empezar a superar la soledad de la calle y acabó accediendo a MigrantUp y, a la espera de la homologación de su título de Química, cursando un ciclo superior de Dietética y Nutrición Deportiva.

A largo plazo, Fallah quiere retomar los estudios universitarios y licenciarse en Farmacia, tal como tenía previsto hacer en Liberia. A corto plazo, el joven tiene otro sueño: "Quiero hacer las prácticas con el equipo de nutrición del Barça, para aprender de los mejores y dar lo mejor de mí", asegura.

El optimismo de Fallah con su futuro, sin embargo, no esconde la frustración que siente al no poder ejercer de algo para lo que ya está preparado. "¿Cómo va a prosperar España cuando tiene profesionales que ya están listos para aportar y no los aprovechan?", reflexiona. "Ya no es una cuestión de solidaridad, hablamos de una estrategia de inversión en el futuro del país", continúa y sentencia: "Tener a un químico esperando por un trámite es como tener una herramienta de última generación y usarla de pisapapeles".